domingo, 20 de noviembre de 2011

William Shakespeare.

Shakespeare siempre decía: "Yo siempre me siento feliz, ¿sabes por qué? Porque no espero nada de nadie, esperar siempre duele. La vida es corta, por eso ama la vida. Sé feliz y sonríe siempre. Sólo vive para ti y recuerda: antes de hablar, escucha; antes de escribir, piensa; antes de herir, siente; antes de odiar, ama; antes de rendirte, inténtalo; antes de morir, vive."



sábado, 19 de noviembre de 2011

Smile, it is easy.

"Are you really okay?"


 I am acting like i am okay. Please don't interrupt my performance.



viernes, 18 de noviembre de 2011

Nada que perder, mírame reír.

Vale, lo gritaré lo más alto posible. QUE TE PETEN. Pero bien petado. Que te pongan en el corazón una diana y que te tiren dardos, a ver si así sientes algo. Que ese ego tan grande que tienes te explote de una puta vez. No, no puedes. No puedes venir aquí, subir las manos por mis piernas, y pensar que las voy a abrir. Ya vale. ¿No te cansas? Enserio, ¿no te cansas de decepcionarme tanto? Te gusta jugar, pero no que jueguen. Conmigo las cosas no van así. Si entras en mi cama una noche, tendrás que quedarte hasta que suene la alarma. Nada de irse a escondidas a ciertas horas de la madrugada. Si me ofreces un cigarro después de un orgasmo, no te lo negaré. Pero antes de la última calada quiero otros muchos revolcones. 
Al final siempre soy yo la que pierde el culo por ti. La que utiliza la lengua para darte caricias en el cuello. 
Me he cansado ya de noches en vela, esperando señales tuyas. De quedarme sentada en la cama, con la almohada en la cara, cagándome en cada segundo que te regalé mi felicidad. Yo hoy con tus TE QUIERO me limpio el culo. Prometo que mañana no te llamaré. Ni mañana, ni pasado. Y yo si cumplo mis promesas.

jueves, 17 de noviembre de 2011

Y cuando no estás, hago que las horas corran y den brincos.

Perdona tristeza, no recuerdo haberte llamado.
Soy muy feliz. Si, envidiablemente feliz. No le quiero, ni le necesito. Ya no hay recuerdos.
Solo necesité cinco botellas de Ron. Tres frascos de perfume para tapar su olor. No anhelo en absoluto ningún te quiero. Ni una mínima caricia para decir que me quedase. Nada. Ni una noche loca de desenfreno total. Sinceramente, me he acostumbrado a quitarme la ropa interior yo sola. Aunque tarde más de lo que tardabas tú. Las estrellas las sigo tocando sin ningún problema. Ya no se necesitan dos dedos para tapar el Sol, con uno es fácilmente hacerlo.
El invierno sigue siendo tan caluroso como antes. Aunque te hayas ido, mis sábanas siguen siendo tan suaves, y yo duermo igual de bien.
Adelante, pasa. Bienvenida seas mentira.



Estómago, perdón por las mariposas.

Voy que ni toco el suelo y espanto hasta las nubes, no sé si son tus besos o este tripi que me sube. 



sábado, 12 de noviembre de 2011

¿Y tú? ¿Por que te enamoraste de mi?



Hay momentos en la vida en que una sola decisión, en un solo instante, cambia irremediablemente el curso de las cosas.
Cuando decides disparar a alguien, cuando decides quererlo o no quererlo, cuando decides tirar para adelante, cuando decides mentir, traicionar, ocultar o cruzar la línea.
Esa décima de segundo puede hacer girar todo al lado oscuro o inundarlo de luz.
Podrá hacer de ti un héroe o un criminal, podrá llevarte al cielo o al infierno, pero siempre será un lugar desde el cual no podrás volver atrás. ¿Y tú? ¿Por qué te enamoraste de mí?

Hacerte el duro no sirve de nada si al final te rindes.


domingo, 6 de noviembre de 2011

Me cansas.






¿Sabes? Podrías acercarte alguna noche a mi, o a mis labios. Donde te sientas mas cómodo. Me tiemblan las pestañas con solo verte aparecer con tu mano izquiera metida en el bolsillo izquierdo de tus vaqueros y la otra sujetando tu cubata. Nunca te falta. Me acercaría yo. Pero no, gracias. De nada sirve. O sí. No sé, no me aclaras nada. Nunca lo haces. Me convences durante unas horas de que me pertences. Luego, vuelves a ser de otras. Si no te aclaras, me aclararé yo. Te quiero. Es más, te necesito. Y si no vienes a verme, tampoco te lo pediré. Nunca te he pedido nada. Si vienes, me subiré la falda y te desabrocharé el cinturón.Si no vienes, beberé chupitos hasta que pierda el conocimiento. Quien sabe, alomejor te olvido. La esperanza es lo último que se pierde, dicen. No. Yo ya la perdí hace mucho. Muchos son los días que te he dedicado. Eso cansa. Me cansas. Y aquí me quedo. Esperando que te canses tú de los besos de otras y vengas a buscarme.


sábado, 5 de noviembre de 2011

--Stephen King--

   
                  La misma mierda, distinto día.

Porque juntos somos CASA.

 
 - Parece que va a llover.
  + No es que vaya a llover, van a caer chuzos de punta. Es que va a caer un tormentón. El diluvio universal va a caer.

viernes, 4 de noviembre de 2011

Dijiste tener miedo a las alturas, pero no te importó llevarme a las estrellas.

Frío. Hace tanto frío. Lo odio. Bueno, lo odiaba. Lo odiaba hasta que empecé a pensar que tú podrías estar en este sofá abrazándome, que esas manos podrían hacer de manta. Como si fuese lana. Algo tan suave que no cambiaría por nada. Hasta tus besos son calientes. Como cuando te estás helando y te metes en la cama, con cinco mantas y un pijama ridículo que te compró tu madre, que no te pondrías delante de nadie, pero que es como si llevases una sauna.
Odiaba la lluvia. Hasta que un mes de noviembre me diste tal beso, de esos que sientes que te asfixias, pero que no quieres despegar los labios, por miedo a que si lo haces el mundo entero vuelva a aparecer, y ahí estábamos, debajo de la lluvia, apunto de coger un constipado, y no importó en absoluto. Dejé que tus brazos hicieran de alumbre, hasta el punto de empezar a quemarme.
¿Sabes? Eres como un viernes. De esos que esperas con tanta ansia. Así te espero yo, y no un viernes, todos los días. ¿Muchos verdad? No, pocos, poquísimos, todo se hace poco. Hasta un te quiero que te dije  desde la menor distancia posible con mi voz más potente.
Hoy llueve. Y aquí estoy, enfrente de la estufa, con ese pijama tan ridículo. Pero no se porque, sigue haciendo frío, mucho frío. Me faltas. Y eso me agota. Te necesito, siempre. Y siempre es muy poco tiempo.
Da igual, pondré esa canción que sonaba en aquella discoteca cuando me seguiste hasta ese rincón, recuerdo que me sentía de lo más incómoda, pero no quería irme de ahí.
Hoy dedicaré todo mi tiempo a pensar en ti, y como hoy, muchos días.






miércoles, 2 de noviembre de 2011

Una montaña rusa de sentimientos.

Te parecerá una tontería, pero hoy he vuelto a echarte de menos. No es un echarte de menos de esos que se dicen porque ya no estás con esa persona, es necesitarte tumbado en mi cama y yo a tu lado. Ha sido como si de repente ese espacio fuese demasiado grande y frío porque tú no estabas en él. He vuelto a querer estar en ese lugar, en ese momento, contigo. Nadie lo entendería, puesto que ellos no han besado tus labios, no han iniciado una guerra de tu lengua contra la mía. Tampoco vieron el color tan transparente del tequiero que grité en silencio sobre ti. Los susurros con sabor a menta, los abrazos de lana, no han sentido ese calor en invierno. Recuerdo como todo empezó a cambiar, cuando ya no estabas. Bueno, ya no estás. Tú sigues queriendo perderme de vista, y yo perderme en tu mirada. No cambia lo de que sigo buscándote, en ese lugar de esa última vez. Aunque parezca mentira sigo visitándolo todos los días, por si tú has empezado a echarme de menos y decides ir también allí. Bonita coincidencia con la que sueño cada día. O no, no sería coincidencia. Ya lo sabes, mi número de teléfono sigue siendo el mismo, llámame cuando me necesites. Mi casa también, nº 9. Yo siempre seré para ti.

Eres inevitable amor, casi como respirar.

Hola cielo, te preguntarás porque esta carta está debajo de tu puerta. 
Pues nada, quería decirte que te quiero, nunca dejé de hacerlo.
Que el tiempo no ha curado nada. Me hiciste daño. Pero, ¿sabes que? Que con tal de tenerte aquí te lo perdonaría todo.
No sé, echo de menos tu perfume en mi ropa. Y cuando el corazón se me salía por la boca.
Tus labios por mi vientre pidiendo a gritos que me quedase.
Nadie mejor que tú prepara baños de espuma.
Adoro tu manía de tocarme el pelo. Tus lunares en la espalda que forman algo parecido a una nube. Nube en la que yo estoy subida cuando estoy a tu lado. No te rías por favor.
Te dije que pasara lo que pasara yo te estaría esperando debajo de ese árbol.
Pues aquí estoy. Solo tienes que abrir la puerta y venir corriendo hasta aquí. Prometo saltarte a los brazos en cuanto te vea aparecer. Promete que me cogerás.

martes, 1 de noviembre de 2011

Lo contrario al amor.

                                     
   Que si, que hay que ser frío y dejar el corazón a un lado.

En tu espejo un testamento: "No nos queda nada"

Día 22 de Julio de 2011.


Querido diario:
Lo siento, pero hoy no me apetece salir de la cama. Debajo de las sábanas estoy mucho mejor.
Él no está. Se acabó. ¿Sabes? Me he mirado al espejo y tengo los ojos tan hinchados que casi ni me he reconocido. Pero no es solo hoy, he estado así varios días. Tengo los ánimos por los suelos. Le necesito.
Me ha dicho que no me quiere. ¿Como es posible? ¿Acaso no le gustan mis besos? Alomejor ese sábado por la noche, cuando me agarré a su cuello, no debí soltarlo nunca. Tal vez le regalé demasiados te quiero.
Quizás se sentía incómodo cuando aparecía por la puerta de su habitación con el pelo mojado y solo utilizaba mis manos para taparme. 
Habían veintitrés pasos desde el baño hasta su cama. 
"Cariño, estas preciosa." ¿De verdad lo estaba? 
"Te lo prometo, cielo." ¿Cuánto duran tus promesas?
Si, le echo de menos. Tengo esa servilleta guardada, de aquel restaurante donde estuvimos y ví que él escribía algo en el borde. 
"Nunca te dejaré." 
¿Cuando se nos acabó todo eso? 
En fin, son las cuatro de la tarde, voy a dormir.




Día 23 de Julio de 2011.


Querido diario:
Hoy es sábado, ya son las diez de la noche. Llevo mi vestido más ajustado y mis tacones más altos.
El pintalabios rojo metido en el bolso.
Hoy lo veré, pasaré por su lado, le sonreiré, me echaré el pelo hacia atrás y seguiré caminando.
Que le jodan a todo. Hoy me toca desfasar a mi


Rainbow Smile.