A Love Story

Suena Brian Crain
y de fondo dos hielos
rozándose,
colisionando,
rompiendo el vaso.

Pero qué más da,
si aquí está roto todo.

Suena el piano
y no eres tú.
Escucha...
no hay ni un latido.
Lo único que suena es ese maldito piano.

Antes de irte ya sonaba,
un cristal reventando el suelo.
Pero no fue el cristal,
fui yo,
que tal vez,
desde entonces,
no he sido capaz de recomponerme,

y te escribo tan a trozos,
tan rota.

Convulsión

A dónde habrá ido el invierno,

que me ha dejado el corazón por fuera.

Descongelándose.

Ahora sé por qué se me ahogan las palabras.

Por qué el aire desaparece

cuando apareces tú.

Y mira, 

mira lo que has echo conmigo.

Que yo del amor,

de eso no sé nada.

Qué le hago

si de tanto sacar clavos

solo me han quedado heridas.

Pero he soñado contigo, cariño.

- hoy,

y no solo hoy-

Hoy he temblado.

Y menos mal que me abrazabas.

Mira,

mira lo poco que sé del amor,

y lo mucho que hablo de él.

Imagínate que se pone a llover
en esta habitación,
y que se cale todo,
y que se derrumbe todo, 
menos tú y yo.

Herida y caricias

Como quien se marcha lejos buscando el verano.
Donde pare de llover y no ahoguen los silencios.
Donde tú no estes.
Sin embargo, eres el invierno perfecto.
El motivo del deshielo de un corazón que nunca pudo querer(te) tanto.
Y ahora solo quedan charcos.
Y heridas de que has estado aquí.
Ruinas de una casa inundada sin ti.

You are my reason why.

Ya ves. Que me muero de miedo.

Que he visto a demasiada gente quererse. Y hacerlo mal.

Pero es que a ti es tan fácil quererte...

Les he oído hablar de los lugares más bonitos. Sin haberte visto bostezar.

Lo que no saben es que tú tienes el paraíso guardado en abrazos. Donde yo me quedo escuchándote latir.

Y sentir que me falta el aire. Que me sobran palabras. 

Donde nos sobra la ropa.

Te hablo del miedo de perderte. Y perderlo todo.

De tus manos, y cuántas veces las he echado de menos.

De las veces que te he imaginado durmiendo. Y verte amanecer.

Eres algo así como perfecto.

Si vieses lo que yo veo... entenderías porqué te quiero.

Pero cómo no quererte si has ocupado todo el vacío, justo ahí donde late fuerte.

Te quiero, en voz alta. Y todo eso me parece poco.

Y tu voz... tu voz es lo más bonito que he escuchado en la vida.

Si la felicidad es eso, no quiero dejar de escucharla nunca.

 

All of me.

Es que me pierdo entre estaciones y trenes que nunca llegan.
Y horas y segundos. Y tú nunca de vuelta.
A ver qué hago yo con tantas caricias.
Y todas esas canciones que no dejan de sonar a ti.
A tus dedos caminando por la cama. 
El eco de mi columna pidiéndote que nunca dejes de tocarla.
Y ya solo me queda esta voz rota. Y ronca.
De hablarte de insomnios.
Y a solas.

Far away.

Y se esfumaron los momentos a solas. Contigo.
Desde que decidiste volar libre lejos de tanta tormenta.
Cómo te digo que ahora hay demasiada calma.
Que no soporto ver la cafetera vacía. Ni esta casa que ya no te recuerda.
Quisiera hablar de ti, pero es que me sobran palabras y me faltan horas.
Todas esas que ahora te echan de menos.
Pero que prefieren que no vuelvas. 
Que ojalá nunca te hubieses ido.