viernes, 27 de enero de 2012

lunes, 23 de enero de 2012

Tengo miedo de que alguien más descubra lo increíble que eres.

Sinceramente, estaba hasta los cojones de pasarse las tardes así, sentada justo en ese banco, teniendo otros treinta iguales donde hacerlo, pero aquel le gustaba. Y sabía que no servía de nada rascar con una llave encima de los nombres. Observaba a aquella pareja que se sentó enfrente suya hace una hora. Echaba de menos esas cosas. Lo necesitaba. Y ese era el problema, que ella nunca había necesitado nada.



viernes, 13 de enero de 2012

Que si no te tengo te invento, y si no reviento.

Otro recuerdo. Sí, has adivinado. Otro recuerdo tuyo y de tu forma de mirar. De nuevo esos puñeteros ojos que me miran riéndose de mi, de la forma patosa que tengo al andar hacia a ti, intentando no caerme, con seguridad. Se burlan de la forma de decirte te quiero, la manera en la que no lo escuchas. Lo lejos que estoy de tus labios, que también sonríen sólo cuando no me ven. Te das la vuelta, y yo como una estúpida ando tras de ti. Te agarro, me sueltas, me rindo. Una lágrima, y otra más, y otra, y otra.. aún así tú no vuelves. Me doy por vencida, es inútil. Te quiero, lo repito. Pero tú no quieres quererme, tampoco que te quiera. Y entonces yo me prometo que jamás volveré a recordar el primer apretón de manos, el miedo que me da que te vayas, los abrazos, los besos, las miradas. Prometo no volver a molestarte ni recordarte. Yo también quiero ser feliz.

jueves, 12 de enero de 2012

We found love in a hopeless place.

Venga cielo, hablemos. Por una vez seamos francos. Dejemos de darnos cabezazos contra la pared. Y de no esquivar los más pequeños baches. ¡Que coño! Esquivémoslos. Saltemos de montaña a montaña a la pata coja. Con rodilleras y chalecos resistibles a cualquier cosa por si acaso caemos y nos hacemos daño. Y seguiremos saltando hasta que demos con tu cama. Ahora el mayor obstáculo es la ropa. Pero mis manos ya aprendieron a tirarla al suelo con el primer contacto de tus labios en mi cuello. La vergüenza se alejó hace mucho de este cuerpo. Me dirijo rumbo al norte por tu espalda con los mejores besos jamás vistos esperando a salir de esa caja donde los tenía bajo llave hasta que tu te dignaras a aparecer. Mirando al techo digo "esto es grande" y te miro. Tú sueltas "esto es pequeño, diminuto. No es nada". Y ni me miras. ¿Que hay de nosotros?. Entonces me miras y dices "Es un momento, un gran momento, pero solo un momento". No nos caímos. Me caí. Ni las rodilleras ni los chalecos pudieron salvarme del daño. El daño lo llevo a cuestas, y pesa tanto, que me vuelvo a caer. Pero nada cambia. Hasta otra. Hasta que nos volvamos a ver y las ganas nos puedan.

viernes, 6 de enero de 2012

Dejarse llevar suena demasiado bien.

No consigo entenderlo. No te entiendo. Mi mundo estaba sumamente hundido, como si hubieses despellejado toda mi vida. Acabaste con ella como si nada. No te costó lo más mínimo. Acabaste conmigo. Y anoche, que llevábamos tanto tiempo sin mirarnos a la cara que se me olvido la figura que forman tus ojos. Esos que traspasan mi nivel de felicidad cada vez que miran de reojo. Y los míos, que te buscan en cualquier rincón aún sabiendo que no estás. Pero ahí estabas, tan insoportablemente guapo. Me cabrea esta situación. Eso de querer comerte la boca en cuanto pasas por mi lado. En aspirar tu olor que para todo el humo formado por el cigarro que sujetan mis dedos solo por llamar tu atención. Primer contacto de manos en meses. No recordaba que simplemente eso fuese tan increíble. Es inevitable querer quitarte la ropa. Aquella canción que me recuerda especialmente a ti suena en la discoteca, y tú a mi lado, pero no hablamos. Son tantas las cosas que tengo que decirte. No se si empezar por un te necesito siempre, o abrazarte con todas mis ganas. La canción acaba. Pero la siguiente también me recuerda a ti. Otro roce de manos. Pero ésta vez tus dedos y los míos se entrelazan, y las miradas se cruzan de tal manera que daña. Con el intento de acercarme a tu oído para decirte que te he echado de menos, tú giras la cara tan despacio que parece que el tiempo se a detenido. Y llega el beso. Aquel tan esperado. Creía que sería estupefacto. Pero fue muchísimo más. El tonteo de labios antes de jugar con la lengua es, probablemente, una de las cosas que más me gusta de ti. Esta noche no hay rencor ni odio. Hoy te querré como nunca, y lo que venga, vendrá. Este momento te lo dedico a ti. Por todas esas veces que nos quedamos de brazos cruzados, porque no hay distancia más puta que el orgullo. Por ti mi orgullo se esfuma. Lo gracioso es que sé que mañana las miradas volverán a ser de reojo, y ni una palabra porque no sabemos ni qué decir. Pero no me importa. Tú y tu estúpido juego pueden conmigo. Y aunque eso me ponga enferma, las ganas de tenerte a mi lado son más grandes. Y me callo, y te sigo besando.

lunes, 2 de enero de 2012

El día más triste de tú vida, el Sol brillaba de una manera que jodía.

La historia se repite, una vez más. Pero ahora viene más fuerte que nunca. Arrasa con todo, conmigo.
Me temo que hoy no va a dejar de llover en esta habitación. Me siento estúpida, cansada, harta, decepcionada. Y ahora más que nunca, no se porque, te echo de menos. Todas las canciones en este momento me derrumban. El mundo hoy me come. Sin piedad. De un solo bocado. Fuera la gente está realmente feliz, y yo aquí, sin saber en que postura ponerme para que las lágrimas dejen de caer. No te olvido. Tampoco lo he intentado. No consigo hacerme a la idea de que sea ella y no yo. Porque no te dignaste a decirmelo, simplemente lo hiciste, pasaste. Dejaste que me emborrachara hasta no poder más.  Tú ahí, hablandole al oído como si fueses a comertela. Y no paré de bailar. Me di cuenta de lo que pasaba cuando se puso el Sol. Me fui a dormir con la cabeza dando vueltas, y no por el alcohol. Es ahora, recién levantada, cuando me siento realmente débil, como si en cualquier momento dejase de respirar, sin enterarme. Pero como quien dice, mañana será otro día.