Te juro que hay caricias que arañan. Y nadie ha sobrevivido aún al precipicio de tus mejillas.
Existen camas demasiado vacías.
Y portazos que nos marcan la vida.
Sollozos pegados a una espalda desnuda.
'Quédate'
Enséñame el infierno, que el cielo ya lo he vivido.
En tu boca.