jueves, 12 de enero de 2012

We found love in a hopeless place.

Venga cielo, hablemos. Por una vez seamos francos. Dejemos de darnos cabezazos contra la pared. Y de no esquivar los más pequeños baches. ¡Que coño! Esquivémoslos. Saltemos de montaña a montaña a la pata coja. Con rodilleras y chalecos resistibles a cualquier cosa por si acaso caemos y nos hacemos daño. Y seguiremos saltando hasta que demos con tu cama. Ahora el mayor obstáculo es la ropa. Pero mis manos ya aprendieron a tirarla al suelo con el primer contacto de tus labios en mi cuello. La vergüenza se alejó hace mucho de este cuerpo. Me dirijo rumbo al norte por tu espalda con los mejores besos jamás vistos esperando a salir de esa caja donde los tenía bajo llave hasta que tu te dignaras a aparecer. Mirando al techo digo "esto es grande" y te miro. Tú sueltas "esto es pequeño, diminuto. No es nada". Y ni me miras. ¿Que hay de nosotros?. Entonces me miras y dices "Es un momento, un gran momento, pero solo un momento". No nos caímos. Me caí. Ni las rodilleras ni los chalecos pudieron salvarme del daño. El daño lo llevo a cuestas, y pesa tanto, que me vuelvo a caer. Pero nada cambia. Hasta otra. Hasta que nos volvamos a ver y las ganas nos puedan.

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