jueves, 17 de noviembre de 2011

Y cuando no estás, hago que las horas corran y den brincos.

Perdona tristeza, no recuerdo haberte llamado.
Soy muy feliz. Si, envidiablemente feliz. No le quiero, ni le necesito. Ya no hay recuerdos.
Solo necesité cinco botellas de Ron. Tres frascos de perfume para tapar su olor. No anhelo en absoluto ningún te quiero. Ni una mínima caricia para decir que me quedase. Nada. Ni una noche loca de desenfreno total. Sinceramente, me he acostumbrado a quitarme la ropa interior yo sola. Aunque tarde más de lo que tardabas tú. Las estrellas las sigo tocando sin ningún problema. Ya no se necesitan dos dedos para tapar el Sol, con uno es fácilmente hacerlo.
El invierno sigue siendo tan caluroso como antes. Aunque te hayas ido, mis sábanas siguen siendo tan suaves, y yo duermo igual de bien.
Adelante, pasa. Bienvenida seas mentira.



No hay comentarios:

Publicar un comentario