domingo, 30 de octubre de 2011

The last song. --Nicholas Sparks--

Le tocaba arreglar aquello. Aspiró hondo intentando calmarse, preparándose por si él todavía seguía enfadado, y a continuación entró en el vestíbulo. En el foso, Will y Scott estaban trabajando debajo de un coche. Scott le comentó algo a Will, quien se dio la vuelta y la miró, aunque sin sonreír. Se secó las manos con un trapo y se encaminó hacia ella. Se detuvo a escasos pasos. Así tan cerca, su expresión era ilegible.
-¿Qué quieres?
No era exactamente el recibimiento que había esperado, aunque tampoco le sorprendió.
-Tenías razón--dijo Ronnie--. Ayer me marché del partido porque Ashley me dijo que yo era tu último ligue. También me dio a entender que no era la primera, que nuestra primera salida juntos, en fin, todas las cosas que habíamos hecho y los lugares a los que me habías llevado...,bueno, eran estratagemas que usabas con cada chica.
Will continuaba mirándola sin parpadear.
-Pues te mintió.
-Lo sé.
-Entonces, ¿porque me dejaste ahí fuera plantado tantas horas? ¿Y porque no me lo contaste ayer?
Ronnie se colocó un mechón rebelde detrás de la oreja, sintiendo una desapacible sensación de verguenza, pero intentando no mostrar su estado de ánimo.
-Estaba enfadada y molesta. Y te lo iba a decir, pero entonces te  marchaste antes de que tuviera la oportunidad de hacerlo.
-¿Me estas diciendo que fue culpa mía?
- No, desde luego que no. Estoy metida en un montón de líos, que no tienen nada que ver contigo. Estos últimos días han sido... extremadamente difíciles para mi.-- Se pasó una mano nerviosa por el pelo. Hacía mucho calor en aquel taller.
Will necesitó un momento para asimilar lo que ella le acababa de confesar.
-¿Y porque la creíste? Ni siquiera la conoces.
Ronnie cerró los ojos. <<¿Porque?-- se preguntó--. Porque soy una idiota. Porque debería haberme fiado de mis instintos acerca de ella.>> Sin embargo, esa no fue su respuesta. Simplemente sacudió la cabeza y dijo:
-No lo sé.
Al ver que Ronnie no parecía tener ganas de agregar nada más, Will hundió los pulgares en los bolsillos.
-¿Es eso todo lo que tienes que decirme? Porque he de volver a mi trabajo.
-También quería pedirte perdón. Lo siento, reaccioné de un modo indebido.
-Es cierto --soltó él--. Te comportaste de un modo absolutamente irracional. ¿Algo más?
-Y también quiero que sepas que ayer me lo pasé estupendamente. Bueno, por lo menos, hasta casi el final.
-Perfecto.
Ronnie no estaba segura de lo que significaba aquella respuesta, pero cuando él esbozó una leve sonrisa, ella notó que se empezaba a relajar.
-¿Perfecto? ¿Eso es todo? ¿Eso es todo lo que piensas decir, después de que haya venido hasta aquí para disculparme? ¿Solo <<perfecto>>?
En vez de contestar, Will avanzó hacia ella y, de repente, todo sucedió tan rápido que Ronnie ni tan siquiera tuvo tiempo para prepararse. Un segundo antes, él se hallaba varios pasos alejado de ella; al segundo siguiente, había puesto una mano en su cadera y la estaba atrayendo hacia él. Acto seguido se inclinó hacia ella y la besó.
Sus labios eran suaves, y él se comportó de un modo sorprendentemente delicado. Quizás solo fuera que la había pillado por sorpresa, pero de todos modos, Ronnie no pudo evitar el impulso de besarlo a continuación. El beso no duró demasiado, ni tampoco fue esa clase de besos que lo dejan a uno sin aliento, el típico beso apasionado de las películas de cine; no obstante, Ronnie se sintió complacida, y por una razón que no alcanzaba a comprender, se dio cuenta de que eso era precisamente lo que había querido que él hiciera.
Cuando Will se apartó hacia atrás, Ronnie notó un intenso ardor en las mejillas. El chico mantenía una expresión afable pero seria y, desde luego, no había ningún asomo de duda en su actitud.
-La próxima vez que te enfades conmigo, dímelo-- le dijo él--. No me cierres la puerta en las narices. No me gustan los juegos estúpidos. Por cierto, yo también me lo pasé muy bien ayer.


pág.207

No hay comentarios:

Publicar un comentario