Deberías saber que he pasado varios días encerrada sin ver a nadie. He escurrido mi corazón lleno de lágrimas. He hablado conmigo, y me he prometido no volver a pasar por esto. Y esta vez no he hecho trampas, no he escondido los dedos cruzados detrás de la espalda. Deberías saber que no me importas. Ya no. Que soy realmente feliz, tanto que ni me apetece pararme a pensar en ti.
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