viernes, 30 de marzo de 2012

Todo es para siempre, hasta que se acaba.

Los muelles de mi cama se han acabado oxidando de pasarme días tumbada en ella. Pero no tengo ganas de levantar las persianas. Que ni los rayos del Sol del mediodía me abren los ojos. Y no me importa lo más mínimo, si tú no estás aqui para decirme que son las doce.


No hay comentarios:

Publicar un comentario