sábado, 11 de febrero de 2012

Closed eye and hoping for a better life.

Aquello era algo de locos. Hacia meses que su rutina consistía en beber el mas amargo café, pero resulta que eso no era lo más amargo. Y aunque no le hacia ningún bien, lo seguía tomando, ya que se veía sin fuerzas para sostenerse de pie. Las noches de insomnio hicieron que nisiquiera quisiera mirarse al espejo. Y los días pasaban, y con ellos se iban desgastando las suelas de sus zapatos. Iba deambulando por las calles en busca de alguna solución a sus problemas. Pero nisiquiera ella los recordaba. Y todavía no había encontrado a nadie que le dijera que vivir merecía la pena. Pensaba que la solución mas rápida para acabar con esa tortura era meterse en la bañera junto a una tostadora, o cualquier otro objeto que matara ese dolor. Y es que para Madison aquel mundo se le habia quedado demasiado grande, pero aun así no lograba encontrar un lugar donde esconderse. La hipocresía de todo aquel que le rodeaba le parecía algo imposible de arreglar. Se dio cuenta de que no era tan fuerte como creía ser. Y sin ponerle pegas inyectó en vena toda sustancia que acabara con ella. Y nadie dijo nada, excepto que la echarían de menos.





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